INNOVACIÓN Y EMPRENDIMIENTO.

imagesDentro de las materias que más nos apasionan, podríamos resaltar la rama de emprendedurismo y desarrollo de negocios.

El sentimiento de emprender proyectos personales y laborales es uno de los factores primarios de nuestro quehacer y creemos que es lo que más necesita un país para avanzar social y económicamente.

El emprendedurismo es sin duda la chispa que lleva a transformar una idea en un negocio, y en un país como Costa Rica, que busca impulsar el desarrollo y fortalecimiento de las Pequeñas y Medianas Empresas, resulta vital despertar la inquietud hacia el emprendimiento de proyectos.

No pensemos que la única alternativa en la vida es terminar la vida laboral y vivir de una pensión, pensemos en nuevas alternativas.

A través de charlas y seminarios, COACH. IS busca darle a sus clientes las herramientas para despertar la inquietud y que puedan trasladar el conocimiento laboral a nivel de proyectos personales.

El emprendimiento local crece, toma experiencia y dinamiza nuestra economía. Para muchos es un tema maduro; sin embargo, también hay quienes no lo conocen y podrían sacar provecho de las oportunidades que representa.

Costa Rica está hoy mucho mejor que hace cincuenta años. Sin embargo, la era de la ingeniería de incentivos no resolvió un problema clave: crecimos económicamente porque agregamos más gente al mercado de trabajo e invertimos más capital; sin embargo, nuestra productividad se movió lenta y hoy no alcanza para enfrentar el envejecimiento poblacional y sostener el régimen de bienestar social. Somos cada vez más insostenibles.

La tercera era de desarrollo, a la que debemos entrar, es la del gran salto en productividad. No se trata de destruir, sino de adaptar e innovar.

La clave está en desatar una “cruzada” a favor del emprendedurismo, la innovación y la inclusión productiva y convertir al país en un laboratorio de punta de cadenas globales de valor donde participe la mayor parte del aparato productivo nacional. Ese es el reto.

¿Qué es el espíritu emprendedor?  Es tener iniciativa, innovación, creatividad, saber tomar decisiones y tener una respuesta positiva ante la vida. Eso hay que enseñarlo desde niños. Es cambiar la mentalidad, el chip. Si hoy no se quiere tener una empresa, tal vez después sí. Conforme se avanza, se da formación a los que están interesados y decididos a crear empresas.

¿El emprendedor nace o se hace?

El emprendedor nace y se hace. Hay unas características que se potencian. Hay una parte que va en la persona y lo que se debe hacer es impulsarlas.

¿Cuáles son las características que se deben identificar?

El emprendedor no es el superhéroe. Sus características son la autoconfianza, proactividad, la autoeficacia, la necesidad de autologro y que asumen riesgos.

¿Por qué hay que ser emprendedor, por el desempleo?

Para mejorar tu propia calidad de vida. Enfocarlo por el desempleo nos lleva a que el asunto es solo la creación de empresas.

Si se tiene una actitud emprendedora, se aspira a mejorar la calidad de vida. Es un planteamiento diferente. Hay que enfocarse en cómo las personas debemos tener un espíritu emprendedor, creativo, positivo, innovador y que no se frustra frente a las adversidades. Se trabaja primero estas características y luego se prepara a la gente en la creación de empresas, si lo desean.

En Costa Rica hay una potencialidad importante. Lo que echaría en falta son las políticas públicas y en educación. Que la gente no encuentre tantas trabas para crear empresas y que por parte del Gobierno se fomenten las micro, pequeñas y medianas empresas. Es necesario que la banca de desarrollo tenga una apertura de oportunidades hacia el emprendedor.  E ir abonando el terreno en educación para que se tenga la mentalidad o al menos la actitud emprendedora.

Qué es COACH_IS

COACHING INTEGRAL SISTEMÁTICO.

Piensa cómo sería tu vida si te atrevieras a más, si pudieras y realmente hicieras aquello que te hace feliz, más pleno. Suena demasiado bonito, ¿verdad? Pues no es un simple cuento.
Diariamente la gente se supera, encuentra su propósito en la vida, cambia su vida a mejor, se atreve a dejar un trabajo que no les llena, crea su propio proyecto, se va a vivir al país que siempre ha querido conocer o da la vuelta al mundo.
Esto es la esencia del coaching: un proceso de aprendizaje, cambio y crecimiento personal, en el que la persona se hace consciente de qué quiere en la vida, supera sus miedos y obstáculos internos, aprende a quererse y escucharse más, en definitiva, a ser más feliz y más pleno.
Un proceso de coaching es un proceso de autodescubrimiento, de conocer esas cosas positivas y esos recursos que ya tenemos en nuestra vida, es un proceso de cambio y automotivación, pero no únicamente teórico, sino sobre todo activo. Se trata de trazarnos un plan de acción para mejorar distintos aspectos de nuestra vida.
Un coach es la persona que acompaña a la persona en este proceso. Es su guía, no es alguien que vaya a darle consejos sin más, sino le impulsará a pensar por sí mismo, a decidir por su vida, a responsabilizarse de su situación y sobre todo a tomar acciones para alcanzar las metas propuestas.
Como coach quiero acompañarte en el fascinante camino de la vida. Estoy convencido de que puedes lograr cambios significativos para mejorar tu bienestar, tanto a nivel físico, emocional como espiritual. Definir aquello que quieres para tu vida, cómo conseguirlo y concretar las acciones que te llevarán a obtener dicho resultado.

La relación más importante es aquella que cultivamos con nosotros mismos.

Una mentoría te ayudará a conocerte mejor a ti mismo, descubrir tus habilidades, reconocer los obstáculos y crear un plan de acción para lograr las metas que deseas.

¿Para quién?

Para todas aquellas personas que deseen.
– Establecer objetivos y encontrar las estrategias concretas para alcanzarlos.
-Motivarse, recuperar la ilusión por la vida y por las metas que deseen alcanzar.
– Tomar buenas decisiones que influyan positivamente en sus vidas.
– Vivir mejor, diseñar la manera en la que quieren vivir y mejorar su calidad de vida.
– Crecer a nivel personal, emocional y profesional. Mejorar las relaciones de familia, amistades y entorno laboral.
– Tomar una perspectiva diferente de la vida y aprender a simplificar y relativizar.
Encontrar el sentido a la vida y contribuir a hacer un mundo mejor.
Es aplicable a un individuo, a una pareja, a un equipo de cualquier tipo, a una empresa o a una institución.

¿Cómo funciona?

La relación que se establece entre el coach y el coachee (cliente) requiere una comunicación abierta y un compromiso de confidencialidad. Mi labor como mentor es ser un acompañante, un espejo de ti mismo. Te ayudaré a gestionar tus emociones, tu manera de pensar, los bloqueos que pudieras tener, para desbloquearlos, sustituir tus creencias limitantes y patrones de vida que te pudieran estar estancando e impidiendo vivir una vida de calidad, de manera que puedas alcanzar tus objetivos.
Te acompañaré en un proceso de crecimiento personal, a través de sesiones de mentoría. Juntos construiremos un mejor presente y así tendremos un mejor futuro. Definiremos tu situación, tus propósitos para poder establecer objetivos, metas y logros claros.
Mi función es ayudarte a abrazar la vida sea cual sea tu situación actual, a vivir feliz, tranquil@, a enfrentarte con tus preocupaciones y transformarlas en proyectos.
Buscaremos soluciones creativas a problemas o situaciones complejas. Trabajaremos a nivel personal, profundo, para que puedas localizar tus propias habilidades, conectar con tus valores, recursos y despertar tu verdadero potencial, de manera que puedas lograr un cambio de vida real y vivir en la dimensión y plenitud con la que fuiste creado.
Lograrás la armonía entre espíritu, alma (mente y emociones) y cuerpo, respetando en todo momento tus valores y creencias, pero cultivando tu vida espiritual que es el mayor don que Dios te concede para que puedas vivir una vida plena.

¿Para qué sirve?

Ayudarte a localizar las áreas concretas sobre las que quieres trabajar, proporcionándote herramientas específicas para poder hacer elecciones de manera más efectiva y consciente y fijar objetivos claros a alcanzar.
Ayudarte en la superación de las dificultades que puedan aparecer a la hora de poner en práctica las pautas establecidas para alcanzar estos objetivos.
Realizar un seguimiento de los logros para probar en qué medida nos estamos acercando a los objetivos marcados, mediante una acción comprometida y acorde al plan diseñado previamente.

Rodolfo Campos
Coach de Vida.
https://coachis.blogspot.com/
Correo: rocamposva@hotmail.com
Tel: +506 84841115 (whatsApp)

Seguir leyendo

Mentor de emprendedores: qué es y qué debes tener en cuenta al elegir el tuyo.

Potencia tu negocio con la ayuda de un mentor de emprendedores

Un mentor de emprendedores es una figura que te acompaña en el desarrollo y crecimiento de tu negocio, independientemente de la etapa en la que se encuentre. Comparte contigo sus enseñanzas para proporcionarte una guía clara sobre los pasos a dar para alcanzar tu objetivo. Tengamos en cuenta que las facilidades para emprender en el entorno digital han provocado que, cada vez, seamos más las personas que optamos por lanzar nuestros propios negocios. Sin embargo, la mayoría abandonan en su primer año como utónomos.

Es normal. A la mayoría no nos han enseñado a dirigir una empresa.

Y nos equivocamos.

El mentor de emprendedores cuenta con su propia experiencia, y la de otros profesionales con los que ha trabajado, para ayudarte a evitar que cometas los mismos errores. Te proporciona atajos seguros.

Te aporta claridad en un mundo con tanto ruido. Ante tantas alternativas de marketing (embudos, secuencias de correos, lead magnet, redes sociales, publicidad, blogs), te ayuda a encontrar la estrategia más adecuada para ti de acuerdo a tus necesidades.

Diferencias entre mentor de emprendedores, coach, asesor y consultor

Una cuestión importante que debes tener en cuenta a la hora de elegir a tu mentor de emprendedores es saber exactamente qué puede ofrecerte. Un aspecto clave es identificar en qué se diferencia de un consultor. Ambos te proporcionan una estrategia, pero no lo hacen de la misma forma.

Entonces, ¿en qué se diferencian estas dos figuras? ¿A quién tienes que acudir?

Consultor especializado

Un consultor es una persona con experiencia concreta en un área determinada. Por ejemplo, el marketing. Su objetivo es proporcionarte una solución ya hecha a un problema que tienes. Dicho de otro modo, cuando contratas un consultor de marketing porque te falta estrategia, se encargará de analizar tu situación y entregarte el plan que necesitas. Te presenta soluciones, pero pocas veces se encarga de implementarlas.

Asesor en una materia

Frecuentemente, el asesor es también un consultor, pero el servicio que te presta es diferente. En lugar de entregarte la documentación que contiene tu solución, te informa sobre ella en una sesión personal, telefónica o por videoconferencia.

Las sesiones suelen ser cortas (15 minutos aproximadamente) y se centran en resolver las dudas de un tema específico. Siguiendo con el ejemplo anterior, el asesor te indicará cuáles son los pasos que debes dar para diseñar tu estrategia.

Coach ejecutivo

El coaching se centra en el crecimiento personal y profesional de cada individuo implicado en el proceso de transformación. El coach ejecutivo te guía en aquellas cuestiones que solo puedes responder tú, pero lo hace a través de preguntas que te llevarán a la respuesta.

Si tu problema es que te falta estrategia en tu negocio, el coach te planteará cuestiones relacionadas con dónde te gustaría llegar en tu vida, qué deseas conseguir, cómo lo quieres lograr, etcétera. Para que, de este modo, vayas construyendo poco a poco una estrategia.

Mentor de emprendedores

Finalmente, el mentor es esa persona que se encuentra en el lugar en el que a ti te gustaría estar en los próximos meses o años. Cuenta con una amplia experiencia que comparte contigo sin reservarse ningún tipo de información. Te guía a nivel profesional, pero tiene una implicación personal en tu negocio.

Durante el proceso de mentorización, realiza un seguimiento de tus logros y te ayuda a superar los obstáculos que pueden aparecer en tu camino.

Un mentor de emprendedores te ayudará a ordenar las ideas de tu cabeza, fijar objetivos a corto y largo plazo y acompañarte en la ejecución de los mismos.

Pero recuerda: deberás ser tú quien implemente las acciones que establezcáis. El objetivo es que aprendas lo máximo de esta persona para, más adelante, poder hacer frente a nuevos retos con las herramientas que te proporcionó.

Incluso es buen consejo contar con varios mentores en tu vida, que te proporcionen diferentes puntos de vista y experiencias. Eso sí, deja que pase cierto tiempo entre uno y otro para que puedas asimilar los conocimientos que vas adquiriendo.

¿En qué momento debo contratar un mentor de emprendedores?

Si tienes el compromiso suficiente contigo y con tu empresa, existen tres momentos claves en el emprendimiento en el que es recomendable contar con un mentor:

  1. Quieres lanzar un negocio. Es posible que quieras emprender y vivir de tu propio proyecto. Quizás porque quieres conciliar sin renunciar a tu carrera profesional o porque quieres ser dueño de tu tiempo. Pero, ¿cuáles son los pasos que debes dar para crear una empresa desde cero? Un mentor te acompañará en este proceso.
  2. Necesitas pivotar tu empresa. En ocasiones, emprendemos sin un objetivo o una estrategia clara. Nos lanzamos sin definir nuestra visión para los próximos años y llega un momento en el que nos damos cuenta de que nos falta esa estructura previa. O que, quizás, queremos ofrecer nuevos servicios. En esta etapa, un mentor de emprendedores te ayudará a definir tu relato de marca, tus servicios o productos y tus contenidos para posicionarte donde quieres estar.
  3. Buscas escalar y automatizar. Si ya cuentas con un negocio con ingresos estables y recurrentes y quieres evolucionar, un mentor de emprendedores puede ayudarte en esta fase para conocer nuevas técnicas y diseñar una estrategia que te ayude a multiplicar los resultados de tu negocio.

Cómo elegir a tu mentor: claves para tener en cuenta

En el momento en el que decides contratar a un mentor de emprendedores para ayudarte a hacer crecer tu negocio, tienes que tener en cuenta una serie de aspectos que serán claves en la consecución de tu éxito:

Tiene que contar con experiencia previa

Para que un mentor pueda ayudarte, primero debe tener experiencia, propia o con clientes, en el área que tú necesites desarrollar y mejorar. Debe convertirse en un ejemplo de éxito con su propio negocio.

Su perfil debe ser cercano

Tiene que ser una persona cercana, con la que conectes bien desde el primer momento. De otro modo, tendrás una barrera que te impedirá aprender de ella. Busca vídeos que haya publicado, ten una sesión gratuita para hablar con ella y, si percibes esa conexión, adelante.

Te empujará fuera de tu zona de confort

Si quieres crecer con tu negocio, tienes que estar dispuesto a probar acciones diferentes. Precisamente, contratas a una persona externa con experiencia para que te guíe y acompañe.

Piensa que, para obtener resultados distintos, tienes que dejar de hacer siempre lo mismo.

Transmite confianza

Un buen mentor tiene que transmitirte la confianza necesaria para que estés dispuesto a realizar las acciones que te proponga.

A lo largo de la mentoría, te encontrarás con limitaciones mentales que tendrás que romper para avanzar. Por ello, confiar en tu mentor y en los objetivos y pasos que estáis marcando juntos, es importante para que la mentoría sea un éxito.

Acompañarte y apoyarte emocionalmente

Y, precisamente porque durante la mentoría abandonamos la zona de confort, en ocasiones sentirás turbulencias y te darán ganas de abandonarlo todo. Pero ahí reside el mayor valor del mentor. Lo tendrás disponible para apoyarte cuando lo necesites.

Estoy seguro de que te encontrarás con momentos en los que el síndrome del impostor te invada. Tu mentor tendrá las palabras clave que pueden ayudarte a apartar ese miedo que paraliza a muchos emprendedores.

Además de estos factores para elegir un mentor de emprendedores, existen otros más relacionados con la metodología y la forma de trabajo. Algunos de las cuestiones que tendrás que valorar son:

  1. Número de sesiones de la mentoría.
  2. Si es presencial u online.
  3. Resolución de dudas entre sesiones. 
  4. Metodología de trabajo.
  5. Materiales extra que incluye.

Sin embargo, todos estos aspectos que señalo y que son esenciales a la hora de elegir a un mentor, no servirán de mucho si cuando quieres que alguien te acompañe para crear tu negocio, no pones de tu parte.

El mentor es una figura que te acompañará y que te ayudará a acortar ese camino hacia el éxito, pero tendrás que trabajar para que los logros se produzcan.

¿Tienes un compromiso con tu empresa? ¿Quieres desatar tu potencial? ¿Llegar más lejos con tu negocio? Es el momento de que contrates un mentor de emprendedores.

¿El emprendedor nace o se hace?

Emprendedor


Hasta donde yo recuerdo, mis abuelos fueron emprendedores. También lo fue mi padre.

Y nunca fueron a la universidad. Bueno, para ser exactos, ellos aprendieron en la UDLC (Universidad De La Calle). Mi padre montó una empresa de fabricación de panelas de dulce que después vendía, ganando dinero por el camino. Lásitma que nunca escucho mi consejo de innovar y vender la miel de la caña. Mi abuelo vendía granos producidos en su finca, e iba de pueblo en pueblo o de bodega en bodega vendiendo su cosecha —hubo momentos en los que lo pasó francamente mal mientras trabajaba el campo: él producía, comercializaba y contabilizaba continuamente, consumiendo sus días y noches para alimentar a su familia. La diferencia de enfoque fue entonces la misma que la que existe entre el emprendedor-empresario y el emprendedor-autónomo. Lo veremos más adelante.

Desconozco a qué se dedicaron tus propios antepasados, tus abuelos o bisabuelos. Si fueron artesanos, comerciantes, agricultores, médicos, letrados o arquitectos. Pero de lo que sí estoy casi seguro es de que tus tatatarabuelos muy posiblemente fueran emprendedores: Por obligación o por vocación. (¿Acaso la diferencia es relevante si se tienen los objetivos claros, sea sobrevivir o vivir como un potentado?). Quizás no residieran cerca de las urbes que empezaban a construirse alrededor de las nuevas y pujantes industrias que iban implantando la producción en serie aprovechando el boom tecnológico sobrevenido por la famosa máquinaria que hacía el trabajo de varios hombres en pocas horas. Pero cuando la demanda por su mercancía o conocimiento fuera mermándose a consecuencia de la industrialización de esta preeconomía moderna, y al tener una familia a la que dar de comer, posiblemente consideraron como opción el trabajar al servicio de un empresario ‘capitalista’. Esto es, en la cadena de producción u organización creada por otro.

Como la inmensa mayoría de las personas iba haciendo en aquel entonces. Y era tal esa inmensa mayoría, que se empezó a replicar en las generaciones subsiguientes la importancia de educar para ‘encontrar un buen trabajo’ (no para ‘empezar una buena empresa’) lo que ha causado (en toda su buena intención) que en apenas 150 años muchos hayamos olvidado que llevábamos, hasta entonces, unos 1900 años siendo empresarios individuales.
Y hay más.
No me cabe la más minima duda de que en la vida de cada individuo hay, al menos, un pasaje que pueda recordar de su propia biografía por el que pudiera relatar, con brillo en los ojos, con ese inabarcable cosquilleo en el pecho, cómo consiguió cierta meta aun a pesar de tener todas las opciones en contra. Porque lo deseó con todas sus fuerzas. Porque trabajó para conseguirlo. Día a día, mes a mes, año a año. Porque, a pesar de los contratiempos, nunca apartó su vista de aquella meta. Porque ignoró a todas esas personas que le dijeron: ‘no vas a poder’.

¿Acaso recuerdas la(s) tuya(s)? Por supuesto que sí. Cómo las ibas a olvidar:
Cuando trabajaste y ahorraste para ese viaje.
Cuando conseguiste aquella entrevista.
Cuando te recuperaste de aquel severo golpe.
Cuando ganaste aquella competición.
Cuando conseguiste independizarte.
Cuando hablaste con esa persona tan atractiva.
Cuando aprobaste ese examen tan duro, a la quinta.
Cuando concluiste con éxito ese proyecto.
Cuando te subiste otra vez a esa bicicleta tras caerte.
Cuando superaste todas aquellas apuestas en tu contra.
Cuando _______________________
Cuando _______________________
Cuando _______________________

La Neurociencia postula que somos un cóctel de genes y experiencias vitales. Muchos de esos genes son hereditarios (los pasados 150.000 años así lo atestiguan: aquí seguimos, caminando erguidos aunque con algo menos de pelo). Pero, además, tienes experiencias que avalan que ya, en tu propio pasado, has emprendido los caminos necesarios para conseguir determinadas metas.
Así que, entonces, un emprendedor ¿nace o se hace?
Desde mi punto de vista, la pregunta es irrelevante. El emprendedor puede ser rápido, sosegado, creativo, meticuloso, innovador, conservador, imitativo… es indiferente.
Un emprendedor, sencillamente, es.

¿A LA DERIVA?

anclaMuchas personas nos escriben porque se encuentran en una situación de la que no saben cómo salir. Se sienten perdidas, estancadas y un poco a la deriva, no saben qué quieren ni cómo han llegado hasta donde están.

En general, la razón de que estés así es que no tienes claro qué es lo verdaderamente importante en tu vida, o que lo que está dirigiendo tu vida no es lo que debería ser, que has dejado que otras personas o circunstancias decidan por ti. ¿Qué puedes hacer en esas situaciones? O mejor, ¿cómo evitar que vuelva a suceder?

Si quieres no solo tomar decisiones con las que te sientas satisfecha, sino  llevar una vida plena, es fundamental tener una buena ancla, algo que te mantenga segura y firme independientemente de lo que suceda a tu alrededor. Ese ancla no es más que lo que tú más valoras en la vida y determinará las acciones y decisiones que tomes. Además, te ayudará a mantenerte en tu sitio independientemente de las opiniones o críticas de los demás. Eso sí, para que el ancla cumpla con su papel, independientemente de las tormentas que se avecinen, es fundamental que sea fuerte y estable, porque si no es así, a la primera de cambio te encontrarás a la deriva. ¿Lógico, verdad?

El problema surge cuando lo que has elegido como ancla es una persona o una circunstancia determinada, porque tanto las personas como las circunstancias cambian continuamente y, por tanto, no son buenas opciones como ancla. Pueden funcionar bien durante un tiempo, mientras esa persona o circunstancia se mantenga estable. Pero ¿qué pasa si desaparece de repente? ¿Qué pasa si cambia tanto que tú te encuentras a disgusto? Que te sentirás completamente desorientada y perdida, te habrás quedado sin ancla y no sabrás qué hacer a continuación. Te sentirás a la deriva.

Entonces, ¿cómo asegurarte de que tienes una buena ancla? ¿Qué puedes elegir que se mantenga estable pase lo que pase?

Tus valores.

Los valores son principios o ideales que cambian poco a lo largo de nuestra vida (solemos mantener los mismos toda la vida) y que son fáciles de identificar: justicia, integridad, humildad, servicio, alegría, compasión, crecimiento, etc. Por ejemplo, si tu valor principal es la justicia, pase lo que pase en tu vida o en tu entorno siempre podrás identificar qué es justo y qué no, y que eso te guíe a la hora de actuar y tomar decisiones. Aunque la decisión sea dura y dolorosa, lo que es justo es justo, ¿o no?

E igual para el resto de valores, tú sabes identificar la honestidad, la verdad, la alegría, el crecimiento, etc; y también sabes cuándo no están presentes. Por tanto, si eliges uno o varios de estos valores como ancla, será más fácil para ti saber que estás haciendo lo que quieres hacer, que te estás guiando por lo que para ti es verdaderamente importante. Además, no te afectaran tanto las opiniones de otras personas, porque tu tienes tus valores claros. Y sabrás cuando tu vida se ajusta a ellos, y cuando no. Así, cuando te encuentres con imprevistos o momentos difíciles podrás tomar decisiones basadas en lo que de verdad valoras. Y ¿qué pasa cuando sabes que estás haciendo lo correcto y lo que quieres hacer? Que sacas fuerzas para ponerte en marcha y que lo que te digan los demás te afecta mucho menos.

En mi opinión, tus valores no son sólo un ancla que te permite mantenerte firme hasta en las peores condiciones, sino también la brújula que te ayuda a elegir la dirección adecuada. ¿Quiere decir eso que tu vida será maravillosa y que nunca más te costará tomar decisiones? No, pero cuando haces lo que quieres hacer y eres congruente con tus valores, no te arrepientes y te sientes satisfecha con tus acciones, aunque lo pases mal en algunos momentos.

Así que siéntate a pensar cuáles son tus valores principales, tu ancla. Para que a partir de ahora tengas más claro si lo que haces es congruente con lo que es importante para ti. Para mi por ejemplo en mi vida son imprescindibles la integridad y el crecimiento. Por tanto, independientemente de las circunstancias que me rodeen y de las personas que estén en mi vida, a la hora de tomar decisiones y de realizar algo yo me guío por esos dos ideales. A estas alturas ya todo el mundo sabe lo mal que lo pasé cuando dejé la ciencia, pero ¿me he arrepentido en algún momento? No. ¿Me siento satisfecha con mi decisión? Sí, porque hice lo que quería hacer en ese momento y según mis valores de crecimiento y honestidad y, por tanto, aunque no hubiera salido bien, yo estaría contenta solo por el hecho de haberlo intentado.

¿Cómo mantenerse firme en una decisión?

02 noviembre, 2017 por Rodolfo Campos

¿Se ha puesto a pensar porque tanta gente en esta época se propone cambios y al avanzar los meses no los logra cumplir?

Dietas, ahorros, aumentar los tiempos de oración, cambiar actitudes, fortalecer el carácter, dejar relaciones o sustituir hábitos termina siendo una frustración para quienes “tomaron una decisión” sin llevarla a cabo.

A continuación anoto las tres consideraciones que me gustaría presentar como la base de nuestra reflexión:

1. Lo difícil no es tomar una decisión sino mantenerse en ella: generalmente expresamos “tome una decisión” para referirnos al acto de pensar en aquellas cosas que nos gustaría ajustar o mejorar, no al acto de ejecutar la acción, por lo que primeramente creo oportuno cambiar nuestra manera de expresarnos para así cambiar nuestra manera de entendernos. El tomar la decisión es el primer paso, mantenerla el segundo.

2. Toda decisión es un proceso y no una acción aislada: nadie puede ejecutar una decisión asertiva de la noche a la mañana, esto es un proceso que une varios eventos, la ausencia de uno de ellos puede retroceder a alguien (valorar, medir consecuencias, identificar recursos, opciones, etc).

3. Quien no se mantiene en una decisión dejo de querer: esta es la consideración más valiosa, ya que una persona que quiere mantener una decisión lo hará aunque los obstáculos sean muchos, pero para eso su voluntad requiere ser madura. Si dejas de querer, dejas de vivir respecto a aquello que propusiste.

Dejemos claro un punto en esta reflexión, una decisión no es solamente una idea, un deseo, un intento, una expectativa o bien un sueño, es un acto que requiere lo que hemos llamado en el Grupo CIP el DCR, disposición, constancia y responsabilidad. Disposición pues es el elemento que abre la voluntad, constancia para mantener activa y responsabilidad para lograr el compromiso. Dígame si hace un año usted soñó, deseó o intento cosas que hoy un año después no alcanzó?, será que hubo déficit del DCR.

Generalmente lo que lleva a una persona a convertirse en alguien de doble ánimo, son sus emociones, es decir, si alma es mente, voluntad y emociones, en muchas y muchos de nosotros el timón del alma lo dirige las emociones, por lo que la mente y voluntad simplemente son arrastradas por lo que se siente. En la cotidianidad, si sentimos ganas de orar tomamos la decisión de orar, pero el día que ya no lo sienta probablemente lo dejaré de hacer. Es esto lo que demuestra que nuestras acciones están viciadas por nuestras emociones y no por nuestra mente o voluntad. Una persona al estilo de Jesús su alma es gobernada por voluntad.

Nuestra voluntad enfrenta tres enemigos que inestabilizan las decisiones:

El primero de ellos son los recuerdos, aquellas escenas fotográficas que al aparecer como un flash, disparan emociones y/o sentimientos que me llevan a revivirlos, tal es el caso de la adolescente que pensó en dejar al novio no cristiano pero al recordarlo y sentir cosas agradables mientras piensa en él, toma el teléfono y lo llama para reactivar su relación. También los hábitosque son aquellas cosas que acostumbro realizar se convierten en un enemigo pues muchos de ellos determinan nuestro estilo de vida. Renunciar a un hábito requiere voluntad, así como un poco de DCR.

Por otra parte tenemos a los distractores, aquellas cosas que aparecen sin esperarlos y nos sacan de nuestro carril. El plan de cambio se olvida cuando aparecen estos distractores, los cuales dicho sea de paso nuestro enemigo es experto en hacerlos aparecer.

Pero al fin y al cabo, quien gobierna nuestra alma?. Cómo la fortalecemos para que esta sea la que incline la balanza a lograr nuestros deseos?. La Biblia enseña algunos principios prácticos para hacer nuestra voluntad sana y fuerte al estilo de Jesús.

Ponga un coach en su vida

agotador 1A go ta dor.  Sí. Agota a cualquiera. Debes estar las 24 horas alerta, los siete días de la semana y así los 365 o 66 días del año, que cada cuatro toca un bisiesto. Imagina. Sin descansar. Anhelas alguien que venga a tapar tus emociones, lo que sientes, lo que buscas,lo que quieres… Venga a dejar atrás oportunidades, dejando a gente sin dejar entrar en tu vida. Cerrando(te) puertas y ventanas. Y tú, mientras tanto, ahí. Dentro de tu círculo de confianza. Sin moverte, como si lloviera fuera y no quisieras salir a saltar sobre los charcos.

Y es que con todo cerrado es difícil que te des cuenta que ha escampado, que el sol está en lo alto y que puedes salir a explorar ese mundo que ha surgido de entre el chaparrón, que ya es sólo historia. Sin saber qué ni cómo, te sitúas al otro lado de la puerta, con tu chubasquero, tu paraguas y tu sombrero favorito de lluvia y cuando vas a girar el pomo de la puerta… entonces y sólo entonces ¡crack!  empiezas a pensar ¿qué puede pasar?. Te preguntas para qué voy a salir si seguro que viene una ráfaga de aire y me rompe el paraguas, o no. Peor aún. Me rompe el paraguas y se  lleva mi sombrero volando. Claro que para eso no salgo. Me quedo a gusto en mi casa sin salir. Total, sin no sé ni cómo voy a llegar y si llego no sé qué va a pasar. Ni me molesto.

Aunque es verdad que necesito un cambio y que sé que debo salir, porque tanto tiempo esto cerrado… necesito aire nuevo, aire limpio. Necesito salir. Pero ,¿me quedo en casa haciendo lo de siempre? Sí. Aunque si hago lo de siempre, voy a estar como siempre. Y eso no quiero que me pase.  Porque yo…, yo estoy bien. Aquí dentro ¡¡estoy tan a gusto!!. Sin querer cambiar en nada, a ver si a fuerza de repetirlo me lo termino creyendo, que mis amigos, mis amigas…bueno si ya no me quedan amigos ni  amigas a los que poder llamar. Se han cansado tan pronto de escucharme… ¡¡no tienen aguante!!. Reconozco que puedo ser ,… digamos insistente en llamarles y contarles una y otra vez que quiero salir, que necesito salir ahí fuera y llegar al otro lado pero que estoy bien aquí dentro. Pensando en voz alta, convenciéndome una y otra vez al oírme al  hablar con los demás… No sé qué me cansa mas si repetir una y otra vez que estoy a gusto o creérmelo.

Sé que quiero cambiar. Creo saber en qué, porque algo me falta. No sé qué pero algo. O tal vez me sobra. O incluso sólo hace falta cambiarlo un poquito. ¡¡Ayyy!!.. ¿qué puedo hacer? , ¿cómo puedo hacer para…? sin salir, sin amigos ni amigas… Aunque eso sí, con mi sombrero de lluvia y mi paraguas intactos, ojo. Mejor será que me dé media vuelta y me vaya a mi silloncito a sentarme delante de esa pared que tiene una pinta de entretenida que no veas.

-¡Ding dong!,

-¿Quién es?, respondes. Al otro lado nadie contestas. Sólo el timbre que vuelve a sonar ¡¡ding dong , ding dong!!!….  En ese mismo momento abres de golpe los ojos y notas como tu frente está llena de perlitas de tu sudor, tienes la sábana enrollada en los pies y la almohada en el suelo al lado de tu cama. Enciendes la luz, y decides anotar en tu libreta….

Llamar a mi coach favorito ( Coach.is) y que me acompañen al otro lado de la calle a lograr mi objetivo.  Recuerda .Las grandes aventuras están al otro lado de tu zona de confort”.

agotador 4

TU IDENTIDAD ES LO QUE TE DIFERENCIA

Para poder construir una identidad es de vital importancia preguntarse antes por el quién soy, a dónde voy, qué ofrezco. Es decir, debemos tener claro nuestro modelo de negocio y, sobre él, construir las raíces de nuestra identidad. Solo así conseguiremos convertir el esfuerzo en identidad en inversión, y no en coste.

La identidad se construye sobre una estrategia

Es muy habitual, recibimos clientes con proyectos atractivos, con una buena idea de producto inicial pero que, una vez empiezas a rasgar, descubres que carecen de una profunda reflexión previa. Es decir, carecen de modelo de negocio o bien algunos de sus elementos clave no están definidos en profundidad y con la precisión necesarias. El resultado de esto es que, al ponerse a construir una identidad corporativa, el proceso se hace muy cuesta arriba y, lo más probable es que el resultado final no funcione como debería, ya que los pilares sobre los que se fundamenta no eran sólidos.

Imaginemos que nos dedicamos a la venta de tomates, y que éstos, los vendemos on-line, en cajas cómodas para el transporte y, esto es lo mejor: tienen un sabor sin igual al crecer en nuestra huerta orgánica.

Tenemos varias opciones a la hora de representar nuestro producto en imágenes o fotografías:
  • Podríamos optar por mostrar la caja de cartón en la que se recibirá el pedido hecho on-line.
  • O también podríamos mostrar nuestros tomates en el momento de la recolección, en una caja abierta de plástico.
  • Y, cómo no, también tenemos la opción de presentarlos ya en su uso final, sobre una tabla de madera, ya cocinados y listos para consumir.

En la última imagen, los tomates han sido cocinados, muestran un producto apetecible, que lo imaginamos ya en nuestra cocina, y del que se deduce que debe ser una delicia para el paladar, ya que lo está siendo para los ojos en esa fotografía.

Esta reflexión, que parece sencilla, no lo es tanto. Hay muchas veces que no sabemos identificar lo que nos diferencia, la propuesta de valor principal. En este caso, no es la venta on-line, ni la presentación en cajas funcionales, sino el sabor..

En COACHIS damos una importancia vital a los pilares, a entender y describir fielmente la esencia de cada negocio, solo así podemos dar un servicio de calidad. Desgranamos el modelo de negocio del cliente y la propuesta de valor de cada uno de sus servicios o productos para que la identidad corporativa y estrategia de marca que definamos los incorpore fielmente y todo encaje y tenga un sentido a los ojos de la propia organización y de sus clientes.

En nuestra metodología, antes de iniciar la ejecución de cualquier proyecto de definición de marca o identidad trabajamos en sesiones intensivas de 3-5 horas con el cliente para definir estos aspectos clave.

CONÓCETE ANTES DE COMUNICAR

 

*Contacta a Rodolfo Campos, Coach de Negocios.  Telefonos (506) 6464 7551

 

La toma de decisiones y sus efectos: Un ejemplo del viaje de Pablo a Roma

decisionesQuisiera en este artículo utilizar una historia bíblica que considero ilustrativa del tema.  Vamos juntos al libro de los Hechos capitulo 27. Ahí encontramos a Pablo y a algunos discípulos que lo acompañaban dirigiéndose a Roma. Pablo iba como prisionero para comparecer ante el César. Empezando en el verso 7, leemos:

Hechos 27:7-10

“Durante muchos días la navegación fue lenta, y a duras penas llegamos frente a Gnido. Como el viento nos era desfavorable para seguir el rumbo trazado, navegamos al amparo de Creta, frente a Salmona. Seguimos con dificultad a lo largo de la costa y llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea. Se había perdido mucho tiempo, y era peligrosa la navegación por haber pasado ya la fiesta del ayuno. Así que Pablo les advirtió: Señores, veo que nuestro viaje va a ser desastroso y que va a causar mucho perjuicio tanto para el barco y su carga como para nuestras propias vidas.”

Era un viaje difícil. Finalmente llegaron al lugar llamado Buenos Puertos. El invierno se aproximaba. La frase “y era peligrosa la navegación por haber pasado ya la fiesta del ayuno” probablemente ubica al evento alrededor de octubre, el mes del ayuno de la Expiación. Como dice la Escritura, Pablo les advirtió que continuar con el viaje iba a ser peligroso. Como dijo, sería peligroso no solo para la carga y el barco sino también para las vidas de los que viajaban en el. Luego el verso que sigue nos dice:

Hechos 27:11

“Pero el centurión, en vez de hacerle caso, siguió el consejo del timonel y del dueño del barco.”

Aunque Pablo tenía una verdadera percepción de la seriedad de la situación y de lo que iba a pasar, ¡no era el jefe del barco! El jefe era el centurión, un romano, muy probablemente pagano. Él comandaba la nave donde había un cierto número de creyentes. ¿Te ha pasado que vas en un “barco” con otros, creyentes y/o incrédulos, donde el que comanda el “barco”, el que toma las decisiones importantes no eres tú? Puede que sepas el resultado, pero lo único que puedes hacer es advertir. Puedes decir “Creo que no deberíamos de navegar. Veo que tendremos problemas mayores”. Pero algunas veces hay voces compitiendo también y el que toma la decisión en vez de dirigirse hacia la voz correcta, hace lo que la voz opuesta dice. ¿Ahí que haces? ¿Saltas del barco? Algunas veces es posible que puedas hacerlo e incluso puede ser lo más correcto. Pero eso no sucede siempre y hay casos donde eso simplemente no puede suceder. No puedes “saltar” de tu familia por ejemplo, porque un miembro no tomó la decisión correcta para su vida. Puedes advertir, no puedes tomar el timón de sus vidas y hacer que hagan lo que tú quieres. Por otro lado, todos en la familia (por poner este ejemplo) tienen que entender que aunque “es su vida”, no son barcos que se navegan solos. Tanto ellos como los otros miembros están en el mismo barco. Y si un miembro de la familia decide navegar insensatamente eso afectará a todos los demás, ¡porque todos están en el mismo barco! No estoy seguro si estas entendiendo lo que te estoy diciendo. Me parece que aquellos que tienen hijos o han crecido en una familia funcional saben a lo que me refiero. Dios hace lo mismo por nosotros también. Nos da consejos, nos dice a dónde navegar y a dónde no, pero si no queremos prestarle atención, sino que queremos hacerle caso a las voces contrarias, entonces ¿adivina qué?: vamos a tener problemas. En este caso, Dios no es indiferente, porque después de todo “es nuestra vida”. De lo contrario, lo siente por nosotros, porque a pesar de todo, Él va en ese barco con nosotros. Regresando a Hechos, lo que aquí tenemos es un caso un poquito diferente, en el que los creyentes, que saben lo correcto que se debe hacer, son sujeto de alguien más, del centurión romano que no le presta atención a sus voces sabias, sino a la voz del jefe del barco. Vamos a leer para ver lo que pasó:

Hechos 27: 12-14

“Como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría decidió que debíamos seguir adelante, con la esperanza de llegar a Fenice, puerto de Creta que da al suroeste y al noroeste, y pasar allí el invierno. Cuando comenzó a soplar un viento suave del sur, creyeron que podían conseguir lo que querían, así que levaron anclas y navegaron junto a la costa de Creta. Poco después se nos vino encima un viento huracanado, llamado Nordeste, que venía desde la isla.”

¡“La mayoría decidió que debían continuar”! ¿Le ponemos atención a la mayoría o a lo que Dios dice? Puede que todo parezca estar bien, puede que tengamos un suave viento del sur y puede que supongamos que hemos obtenido nuestro deseo, pero tarde que temprano las cosas pueden cambiar. De hecho, ¡tarde que temprano las cosas definitivamente VAN a cambiar, si Dios así lo dijo! Así como sucede aquí: no mucho tiempo después, un viento muy fuerte empezó a soplar y los problemas acababan de empezar:

Hechos 27:15-26

“El barco quedó atrapado por la tempestad y no podía hacerle frente al viento, así que nos dejamos llevar a la deriva. Mientras pasábamos al abrigo de un islote llamado Cauda, a duras penas pudimos sujetar el bote salvavidas. Después de subirlo a bordo, amarraron con sogas todo el casco del barco para reforzarlo. Temiendo que fueran a encallar en los bancos de arena de la Sirte, echaron el ancla flotante y dejaron el barco a la deriva. Al día siguiente, dado que la tempestad seguía arremetiendo con mucha fuerza contra nosotros, comenzaron a arrojar la carga por la borda. Al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos del barco. Como pasaron muchos días sin que aparecieran ni el sol ni las estrellas, y la tempestad seguía arreciando, perdimos al fin toda esperanza de salvarnos. Llevábamos ya mucho tiempo sin comer, así que Pablo se puso en medio de todos y dijo: «Señores, debían haber seguido mi consejo y no haber zarpado de Creta; así se habrían ahorrado este perjuicio y esta pérdida. Pero ahora los exhorto a cobrar ánimo, porque ninguno de ustedes perderá la vida; sólo se perderá el barco. Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo, y me dijo: «No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador; y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo. Así que ¡ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como se me dijo. Sin embargo, tenemos que encallar en alguna isla.»

Finalmente las cosas sucedieron tal y como Pablo había dicho antes de que dejaran Buenos Puertos. Los problemas empezaron un poco después de que habían vuelto a empezar a navegar y no parecía mejorar. Más bien se puso cada vez peor. ¿Dónde estaban los creyentes en ese momento? Ahí, en el barco. ¿Era culpa de ellos que el barco había zarpado? No. Pablo les había dicho que no lo hicieran. Sin embargo, eso no los excluyó del sufrimiento. Estaban en el mismo barco junto con aquellos que habían tomado la decisión.

Hay barcos que navegamos junto con otros. En algunos de ellos nosotros somos los que “mandamos”. En otros, otras personas dan las órdenes. Cuando se toman decisiones insensatas, todos los que van en el barco se verán afectados, aunque el que dio la orden sepa que tomó una decisión equivocada. Por lo cual, si sucede que llevas el timón de ese barco para una decisión específica pon bien atención a las instrucciones y asegúrate de que las que sigues vengan del Señor. Porque de otro modo, no solo te vendrán problemas a ti, sino también a los que van junto contigo en ese barco.

Para darte un ejemplo práctico piensa de nuevo en tu familia. Puede que seas un/una joven que está contemplando ya el matrimonio con cual o tal persona, porque ¡“estás muy enamorado de él/ella”! Todo parece ir de maravilla. Pero joven, te hablo de corazón a corazón: la vida del matrimonio es mucho más que solo “estar enamorado”. Es bueno estar enamorado, pero eso no te llevará muy lejos. Lo que te llevará lejos, lo que hará florecer tu matrimonio es el carácter. Tu carácter y el carácter del otro. ¿Tu pareja es alguien que honestamente ama al Señor? ¿Es él/ella una persona con valores y principios? ¿Cuáles son sus valores en cuanto al trabajo y familia, por ejemplo? ¿Es una persona que toma sus responsabilidades o se esconde de ellas detrás de otros? Esas son cosas con las que vivirás si algo de eso no está presente y el estado de “estar enamorado” terminará en pocas semanas y los problemas empezarán. Problemas que serán como grandes olas y tú serás como una lanchita frente a ellas. Pero esa lanchita llevará consigo no solo a ti, sino también a aquellos que te quieren.  Así que tienes que escucharlos y pedirles su consejo. Porque ese no es un viaje que haces solo. Puede ser que alguno haya visto algo que no le guste en esa persona. Te dicen que no navegues. No sé si están en lo correcto o no. Pero tienes que tomarlos en cuenta muy seriamente. Puedes pensar: “es mi vida, yo hago lo que quiero”. Eso es falso. Es tu vida, pero estas en una familia. Vas en un barco con otros y tu decisión los afectará a ellos también. Sino estás seguro, quédate en el puerto y no zarpes hasta que estés seguro de que lo que vas a hacer es lo correcto y veas que los demás también te dan luz verde.

Regresando a Pablo, alguien podría preguntar: ¿Porqué el Señor permitió que ese problema sucediera? ¿A caso no pudo haber detenido el viento en Gnido así como lo hizo en el mar de Galilea? Después de todo, era Su propia gente la que estaba en peligro – junto con los otros. Como vemos, el Señor no lo hizo. Lo que hizo fue dar consejo antes de empezar a navegar. Una vez que comenzó, pasó lo que había dicho: problemas. A veces, algunas personas empiezan a navegar, pensando “si no funciona, el Señor me va a ayudar”. Y bueno, puede suceder y aquí sucedió también: El Señor los salvó. Salvó a TODOS los del barco. PERO no los salvó de los problemas, No habían comido en días, navegaron en mareas altas, el final el barco se destruyó. ¡Esa no era la voluntad de Dios! ¡No era Su voluntad que pasaran por todos esos problemas! Es por eso que desde el principio les había dicho que se quedaran en el puerto. Sí, puede ser que el Señor te salve, pero si navegas sin prestarle atención a Su consejo, de seguro te dirigirás a grandes problemas. Puede que salves tu vida, pero las consecuencias del viaje ahí estarán. Por lo tanto, ponle atención a lo siguiente: antes de que decidas partir de Buenos Puertos asegúrate de prestar atención a lo que el Señor te aconseje. Solo quiere LO MEJOR para ti y aunque te salve de las mareas altas que las malas decisiones te traigan, aprenderás una lección de ellas y finalmente todo obrará para bien, pero me parece que no es Su voluntad, en primer lugar, que pases por todas esas dificultades.

Hay quienes padecen el Síndrome del Espejo Retrovisor (SER)

Y tú, ¿padeces el Síndrome del Espejo Retrovisor (SER)?ser

El Síndrome del Espejo Retrovisor (SER) es fácil de explicar. Es mirar atrás y sacar conclusiones a futuro. Es pensar que lo que fue ayer seguirá siendo igual mañana.

El SER es lo que lleva a vivir vidas mediocres. Y todos padecemos —en mayor o menor medida— cierto SER.

Nuestro subconsciente —que gobierna nuestra vida— es una especie de espejo retrovisor que revive y recrea continuamente nuestro pasado. Creemos erróneamente que somos el que éramos, lo cual limita nuestro potencial en el presente, a raíz de las limitaciones de nuestro pasado. En consecuencia, cada decisión que tomamos viene determinada por el filtro de las limitaciones de nuestras experiencias pasadas.

De los 60.000 pensamientos que tenemos a lo largo del día, más del 95% se repiten (y son negativos): ‘no soy bueno’, ‘no soy capaz’, ‘ellos son mejores’, ‘ellos han tenido suerte’, ‘a mí nada me sale bien’, ‘yo suelo tener mala suerte’… Y el problema es que nuestra forma de pensar determina nuestra forma de actuar, y por tanto, lo que conseguimos o no conseguimos.

Al hablar de desarrollo personal, una de las cosas más importantes a tener en cuenta es que:

Nuestro pasado no es futuro;

nuestro presente es nuestro futuro.

Y nuestro presente es el conjunto de decisiones y acciones que tomamos todos los días cuando nos levantamos de la cama por la mañana. No importa tu pasado si estás dispuesto a construir tu futuro. Lo importante no es dónde una persona estaba ni dónde está, sino dónde quiere llegar a estar, porque lo que conecta dónde está con dónde quiere llegar a estar es su capacidad de aprender.

Siempre existe la posibilidad de cambiar porque siempre existe la posibilidad de aprender. Tú no eres tus circunstancias, eres tus posibilidades. Tus circunstancias actuales determinan dónde comienzas pero no dónde acabas. Si quieres dejar atrás el pasado y superar tus limitaciones tienes que dejar de vivir con tu espejo retrovisor y empezar a vislumbrar una vida de posibilidades.

La pregunta —la única pregunta realmente— que debes hacerte es la siguiente:

¿Estoy dispuesto a comprometerme y hacer lo que haya que hacer sin ningún tipo de excusas para llegar donde quiero llegar?

Y sólo tú puedes responderla con sinceridad. Puedes conseguir y llegar donde quieras llegar, pero hay algo que es importante saber:

Tu vida no mejora por azar, tu vida mejora por cambiar.

Si quieres que tu vida mejore, tú tienes que mejorar.

Nuestra vida es el resultado de nuestros hábitos, y los hábitos sólo se construyen por repetición, a base de hacer una y otra vez el mismo comportamiento hasta interiorizarlo. Y para ello se exige disciplina constante e inteligente: hacer lo que se tiene que hacer aunque no apetezca; hacer lo que se tiene que hacer aplicando la regla de cero excusas.

Sí, el proceso duele. Sí, la travesía del desierto hay que pasarla. Sí, es más cómodo hacer lo que a uno le apetezca. Lo cómodo y fácil es la alternativa más apetecible siempre para el ser humano, pero ese camino no conduce a ningún paraje interesante. Recuerda las palabras de Jim Rohn:

O pagas el precio de la disciplina, o pagas el dolor del arrepentimiento.

El dolor de la disciplina pesa kilos; el dolor del arrepentimiento pesa toneladas.

Cada vez que haces lo cómodo y fácil en lugar de lo correcto y necesario estás dando forma a tu identidad y personalidad para mal. Se siembras actos y se recogen hábitos —buenos (virtudes) o malos (vicios)— que van configurando silenciosamente nuestra vida para mejor (peor). Los hábitos buenos nos convierten en personas poderosas; los hábitos malos nos convierten en personas débiles.

Tú decides a qué quieres jugar: si al juego de la ‘mediocridad’ o al juego del ‘ganador’. Es tu responsabilidad decidir y es tu responsabilidad actuar. El grado de responsabilidad que aceptes de todo lo que te pasa en la vida es indicativo de tu grado de poder personal. No vivas por debajo de tus posibilidades, invierte en tu desarrollo personal y vive la vida que quieres. Where there´s a will, there´s a way (Donde hay un deseo, hay un camino). Los ganadores buscan soluciones; los perdedores buscan excusas.

En resumen y para acabar:

Donde estás es el resultado de quién eras, pero a dónde vayas

dependerá únicamente de quién elijas ser.

Coaching de Crisis: Método KAI.

crisis

Crisis se define como una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los investigadores creen que las crisis deben ser estudiadas y gestionadas usando un enfoque sistemático.

Desde terapias y procesos de coaching para superar y sanar cualquier pérdida y enfermedad hasta potenciar las habilidades comunicativas y productivas en entornos laborales, en Coach.is estamos empeñados en desarrollar un novedoso método para beneficio de todos nuestros clientes.

Cada vez es más común que personas acudan a profesionales para solucionar impases de tipo personal o laboral. Situaciones en el plano individual que van desde pérdida de su salud, pérdida de trabajo, duelos, divorcios y hasta pérdida del sentido de la vida, están siendo tratadas por expertos por medio de sesiones de coaching (entrenamiento) que tienen por objetivo acompañar a la persona en un proceso de superación para posteriormente ver la crisis del pasado como una oportunidad de mejora en el presente.

También, las sesiones de coaching están siendo buscadas por organizaciones y compañías que desean fomentar al interior de sus colaboradores, el espíritu de trabajo en equipo, la comunicación y potenciar al máximo las habilidades, así como mejorar debilidades de los trabajadores. Así mismo, personas que tienen como meta destacarse en su lugar de trabajo o simplemente ser vistos como líderes en un entorno laboral, han encontrado en el entrenamiento personalizado la manera idónea de lograr sus objetivos.

A partir de lo anterior nace en Costa Rica, COACH.IS dirigida por el consultor empresarial Rodolfo Campos, quien incursionó en esta industria basado en su propia transformación espiritual y personal por medio de talleres, certificaciones y seminarios que posteriormente le permitieron enfocarse en el desarrollo humano. “Durante el desarrollo de mi propia transformación personal encontré la necesidad e iniciativa de convertir mi pasión en mi profesión. Así fue como gracias a las herramientas y conocimiento adquirido durante años de capacitación, y la experiencia de muchos años en la mentoría de otros líderes; surgió esta compañía y con ella el desarrollo de novedosos métodos que buscan empoderar personas, comunidades y empresas para alcanzar su máximo potencial”.

Es así como la compañía ha creado el innovador método KAI¹ (es el ajuste de la visión moral y espiritual, del pensamiento a la mente de Dios, que tiene como propósito llevar a cabo un efecto transformador sobre la vida natural), un proceso que combina tres poderosas técnicas basadas en coaching ontológico, logoterapia y finalmente una técnica denominada Mindfulness. Todas estas herramientas puestas en conjunto buscan obtener la manera más eficiente y óptima de sanación o la consecución de lo que los pacientes quieren alcanzar.

El coaching ontológico es una tendencia implementada en varios países pero que, para el caso de Costa Rica es relativamente nueva. Es un campo del saber que busca acompañar procesos transformacionales en otros desde una coherencia ontológica (cuerpo, emoción y lenguaje). El Coaching Ontológico surge como un intento de hacernos cargo de las paradojas que actualmente la vida nos ofrece (tecnología ilimitada, estrés laboral, pulsión consumista, desconfianza con el entorno, resignación frente al futuro, entre otros).  La manera que habitamos el mundo, las acciones que tomamos o no tomamos, están enraizadas en nuestro particular modo del cómo percibimos o interpretamos a nuestro entorno, a quienes nos rodean y por sobre todo, a nosotros mismos. A su vez, estas percepciones se basan en nuestras creencias y valores, en las conversaciones que tenemos, en las emociones que experimentamos, en nuestra corporalidad y en las diversas redes en las que participamos.

Por su parte, la logoterapia es un enfoque terapéutico y de salud basado en que el poder de la vida y de la muerte, la salud o la enfermedad, del éxito o del fracaso esta en nuestras palabras.  Enseña que nuestras palabras son bloques de construcción con los cuales construimos nuestra vida y nuestro futuro. Nuestras palabras establecen la piedra angular de nuestra vida, y nuestra vida sólo puede abarcar los confines que hemos creado con nuestras propias palabras. Toda situación, toda circunstancia y toda condición esta sujeta a cambio, pero con la ayuda de nuestras palabras, podemos establecerlas en nuestra vida para siempre.

Finalmente, el método Kai cierra su ciclo con la puesta en marcha de la técnica denominada Mindfulness, la cual es considerada la mejor manera para lograr vivir el aquí y el ahora. Deportistas, políticos, doctores y reconocidas empresas como Google practican ésta técnica, reportando grandes beneficios en su salud, concentración, eficiencia y eficacia. Adicionalmente, estudios realizados en el campo de Neurociencia avalan los beneficios del procedimiento teniendo en cuenta los cambios que ocurren en los circuitos cerebrales de quienes la practican.

Este modelo de coaching de crisis denominado MÉTODO KAI, busca apoyar a las personas en cualquier tipo de pérdida o duelo que puede llegar a ser por muerte, enfermedad, divorcio, pérdida de trabajo, quiebra, cambios organizacionales, robo, stress, entre otros.

¹[KAI=Renovación: Según el diccionario Griego – Español, encontramos la siguiente definición: «es el ajuste de la visión moral y espiritual, del pensamiento a la mente de Dios, que tiene como propósito llevar a cabo un efecto transformador sobre la vida». La raíz griega de donde se origina esta palabra es ANAKAINOSIS y ANAGENNA, ana, que traduce otra vez de nuevo o de lo alto y gennao, que significa engendrar o nacer de nuevo, renacer, regenerado o reengendrado.]

Rodolfo Campos │ Consultor de Desarrollo Personal y Empresarial