Hay quienes padecen el Síndrome del Espejo Retrovisor (SER)

Y tú, ¿padeces el Síndrome del Espejo Retrovisor (SER)?ser

El Síndrome del Espejo Retrovisor (SER) es fácil de explicar. Es mirar atrás y sacar conclusiones a futuro. Es pensar que lo que fue ayer seguirá siendo igual mañana.

El SER es lo que lleva a vivir vidas mediocres. Y todos padecemos —en mayor o menor medida— cierto SER.

Nuestro subconsciente —que gobierna nuestra vida— es una especie de espejo retrovisor que revive y recrea continuamente nuestro pasado. Creemos erróneamente que somos el que éramos, lo cual limita nuestro potencial en el presente, a raíz de las limitaciones de nuestro pasado. En consecuencia, cada decisión que tomamos viene determinada por el filtro de las limitaciones de nuestras experiencias pasadas.

De los 60.000 pensamientos que tenemos a lo largo del día, más del 95% se repiten (y son negativos): ‘no soy bueno’, ‘no soy capaz’, ‘ellos son mejores’, ‘ellos han tenido suerte’, ‘a mí nada me sale bien’, ‘yo suelo tener mala suerte’… Y el problema es que nuestra forma de pensar determina nuestra forma de actuar, y por tanto, lo que conseguimos o no conseguimos.

Al hablar de desarrollo personal, una de las cosas más importantes a tener en cuenta es que:

Nuestro pasado no es futuro;

nuestro presente es nuestro futuro.

Y nuestro presente es el conjunto de decisiones y acciones que tomamos todos los días cuando nos levantamos de la cama por la mañana. No importa tu pasado si estás dispuesto a construir tu futuro. Lo importante no es dónde una persona estaba ni dónde está, sino dónde quiere llegar a estar, porque lo que conecta dónde está con dónde quiere llegar a estar es su capacidad de aprender.

Siempre existe la posibilidad de cambiar porque siempre existe la posibilidad de aprender. Tú no eres tus circunstancias, eres tus posibilidades. Tus circunstancias actuales determinan dónde comienzas pero no dónde acabas. Si quieres dejar atrás el pasado y superar tus limitaciones tienes que dejar de vivir con tu espejo retrovisor y empezar a vislumbrar una vida de posibilidades.

La pregunta —la única pregunta realmente— que debes hacerte es la siguiente:

¿Estoy dispuesto a comprometerme y hacer lo que haya que hacer sin ningún tipo de excusas para llegar donde quiero llegar?

Y sólo tú puedes responderla con sinceridad. Puedes conseguir y llegar donde quieras llegar, pero hay algo que es importante saber:

Tu vida no mejora por azar, tu vida mejora por cambiar.

Si quieres que tu vida mejore, tú tienes que mejorar.

Nuestra vida es el resultado de nuestros hábitos, y los hábitos sólo se construyen por repetición, a base de hacer una y otra vez el mismo comportamiento hasta interiorizarlo. Y para ello se exige disciplina constante e inteligente: hacer lo que se tiene que hacer aunque no apetezca; hacer lo que se tiene que hacer aplicando la regla de cero excusas.

Sí, el proceso duele. Sí, la travesía del desierto hay que pasarla. Sí, es más cómodo hacer lo que a uno le apetezca. Lo cómodo y fácil es la alternativa más apetecible siempre para el ser humano, pero ese camino no conduce a ningún paraje interesante. Recuerda las palabras de Jim Rohn:

O pagas el precio de la disciplina, o pagas el dolor del arrepentimiento.

El dolor de la disciplina pesa kilos; el dolor del arrepentimiento pesa toneladas.

Cada vez que haces lo cómodo y fácil en lugar de lo correcto y necesario estás dando forma a tu identidad y personalidad para mal. Se siembras actos y se recogen hábitos —buenos (virtudes) o malos (vicios)— que van configurando silenciosamente nuestra vida para mejor (peor). Los hábitos buenos nos convierten en personas poderosas; los hábitos malos nos convierten en personas débiles.

Tú decides a qué quieres jugar: si al juego de la ‘mediocridad’ o al juego del ‘ganador’. Es tu responsabilidad decidir y es tu responsabilidad actuar. El grado de responsabilidad que aceptes de todo lo que te pasa en la vida es indicativo de tu grado de poder personal. No vivas por debajo de tus posibilidades, invierte en tu desarrollo personal y vive la vida que quieres. Where there´s a will, there´s a way (Donde hay un deseo, hay un camino). Los ganadores buscan soluciones; los perdedores buscan excusas.

En resumen y para acabar:

Donde estás es el resultado de quién eras, pero a dónde vayas

dependerá únicamente de quién elijas ser.

Los Enemigos del Aprendizaje 3

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Hoy quiero iniciar agradeciendo sus comentarios y su interés por leer esta serie de artículos que he preparado bajo el título “Los Enemigos del Aprendizaje”. Estoy totalmente convencido que su lectura y estudio contribuirá enormemente a su desarrollo personal y empresarial.
Si no las leído los dos artículos anteriores, acá te dejo un link para que te pongas al día (1) (2). Ahora, vamos al tema de hoy.
Dado lo que soy/como soy… no puedo aprender eso. O nos consideramos demasiado grandes o demasiado chicos. Pensamos que determinado aprendizaje no es para nosotros dado la persona que somos.
Aprender a aprender es una competencia primordial que nos posiciona para ser más efectivos, aumentar nuestra productividad y mejorar nuestra calidad de vida. El futuro se muestra más promisorio para aquellas personas que saben cómo ampliar continuamente su aprendizaje. En las organizaciones empresariales «aprender a aprender» es ya una ventaja competitiva.
Sé sincero contigo mismo, ¿cuán comprometido estás con tu aprendizaje?
¿Estás realmente interesado en crecer y desarrollarte personal y profesionalmente? ¿Que te lo está impidiendo? Veamos algunos de los principales obstáculos que pueden aparecer en tu camino.
Admitámoslo. El aprendizaje es incómodo. Nos obliga a abandonar nuestra zona de confort para internarnos en nuestra zona de expansión. Y ello nos pone en contacto directo con nuestros límites y por lo tanto con nuestras inseguridades.
¿Porqué entonces es necesario emprender un proceso que suele ser a veces tan arduo? La respuesta está en este viejo afiche que observé hace algún tiempo, en la oficina de un amigo.
Efectivamente, el mundo globalizado y tecnológico de hoy, nos impone un proceso de cambio permanente que opera cotidianamente y del cual no somos totalmente conscientes.
En ese mundo, nuestras prácticas habituales de gestión y las interpretaciones que hemos construido y adoptado hasta el presente, ya son insuficientes para lograr una cabal comprensión de los desafíos que hoy enfrentamos.
En otras palabras, corremos el riesgo de estar «debidamente preparados para un mundo que ya no existe».
Y si la expansión de nuestras capacidades es crítico de cara a lograr nuestros objetivos ¿cuáles son los obstáculos que nos están impidiendo concretarlos? Veamos algunos de ellos que suelen aparecer con frecuencia:
  • Dificultad para declarar «no sé»: Ello se debe en gran parte a nuestro temor a ser descalificados y ridiculizados por los demás. ¿Cómo llegamos a eso? Repasemos nuestra experiencia con las instituciones de enseñanza. ¿Qué es lo que pasaba cuando decíamos «no se» por respuesta?. No nos damos cuenta que la primera condición para poder transitar el camino del aprendizaje es precisamente reconocer «que no sabemos».
  • No tengo tiempo: La respuesta que aparece más frecuentemente. Como si el tiempo fuera un recurso «que pudiera comprar en cualquier supermercado y que me está faltando en mi cocina». En realidad, esta declaración está escondiendo una elección personal que no queremos reconocer (ver artículo «Yo no quería pero …»). Siempre estaremos postergando la decisión de comprometernos con nuestra formación para cuando «haya un mejor tiempo». Y ese mejor tiempo nunca llega, ya que ocupamos nuestras agendas con asuntos que siempre resultan «más urgentes».
  • Confundir saber con tener información: Hoy es la época en que la información está absolutamente disponible. ¿Pero eso es suficiente para concretar nuestro aprendizaje? Permitanme responder con un ejemplo. Si un amigo de ustedes les asegurara que ha leído y estudiado detenidamente el mejor manual de cirugía «a corazón abierto». ¿Ustedes se dejarían operar por él? Seguramente que no, y ello se debe a que el saber implica poder ser capaces de poner en juego acciones concretas que antes no se encontraban disponibles. El saber es acción, no mera información.
  • Dado quien soy, esto no lo puedo aprender: Aquí el principal obstáculo son nuestras propias creencias limitantes. «Como yo no soy bueno con las matemáticas, no puedo cursar un master en administración». Y la falacia está en confundir «me cuesta, me resulta difícil» con la declaración de «no puedo». La primera abre la puerta a la posibilidad del aprendizaje mientras que la segunda la cierra definitivamente (ver artículo «Liberá tu potencial»).
  • No aceptar los errores: Allí lo que está en juego es nuestro amor propio (que como decía un amigo, es tan grande que cuando morimos «muere 15 minutos después que nosotros» porque se resiste a desaparecer). No debemos confundir «equivocarnos» con «fracasar», ya que el error esconde un capital de aprendizaje enorme. Permitirnos preguntarnos luego de la equivocación ¿qué es lo que haríamos diferente? nos estará abriendo nuevas posibilidades de una mayor eficacia y por lo tanto, el tan anhelado logro del objetivo.
  • No dar autoridad al otro para que me enseñe: Muchas veces nos encontramos cuestionando la idoneidad del otro para enseñarnos algo. Muy especialmente si ya hemos alcanzado altos niveles de responsabilidad o egresado de prestigiosas instituciones académicas. Nos olvidamos que toda experiencia es una oportunidad de aprendizaje. Y muy especialmente de aquellas que surjen de nuestras interrelaciones con los demás. Cada ser humano es un observador diferente de la realidad y siempre nos puede mostrar algo que nosotros no estamos contemplando.
  • Querer tenerlo todo claro todo el tiempo: Este obstáculo surge como consecuencia de la falsa ilusión de poder «controlar» las variables que nos acontecen cotidianamente como una forma de garantizar «nuestra tranquilidad y seguridad». Por otra parte, nadie nos mostró que la verdadera expansión del conocimiento proviene de poder diseñar preguntas poderosas. Aquellas que nos invitan a la reflexión y que no tienen en un primer momento una respuesta. Aprender a convivir con la incertidumbre nos conecta con nuestra humildad y la aceptación de que hay situaciones que van más allá de nuestra comprensión inmediata, y por lo tanto de nuestro control.
Estos son entonces sólo algunos de los desafíos que enfrentaremos y deberemos superar si realmente estamos comprometidos con nuestro aprendizaje. No será sencillo, porque en todo momento nos asaltarán nuestros temores e inseguridades, pero como dice el refrán: «Sólo quienes tienen el coraje de perder de vista la orilla, podrán descubrir nuevos mundos».
Y termino con un comercial. Tu crecimiento y desarrollo personal y empresarial será tu mejor carta de presentación, por eso te conviene asistir al SEMINARIO TURRI EMPRENDE

Los Enemigos del Aprendizaje 2

aprendizajeEl facilísmo de considerarse la victima y culpar a los factores “externos”, de las causas de los problemas que enfrentamos y no podemos resolver.

Dijimos ayer que hay algunas facetas en las que desarrollamos resistencia al aprendizaje y nos cuesta prestar suficiente atención a la idea de que el éxito pertenece a aquellos que saben como ampliar continuamente el aprendizaje.
El victimismo o victimización es la tendencia de una persona a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal. Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena”. El victimista se disfraza por tanto de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión o menoscabo inexistente; y/o responsabilizando erróneamente al entorno o a los demás. El concepto víctima se refiere a una persona que recibe el ataque de una segunda persona lo cual le produce afectación en algún grado, derivado de maltrato físico, verbal o psicológico. Un caso extremo sería la pérdida de la libertad o la vida en manos de un segundo. En estos casos, se habla de “víctimas laterales” que vienen a ser los familiares o seres amados que sufren perdida o quebranto.
Ahora bien, el concepto de victimización se aleja bastante de esta definición, debido a que este muestra de un alto grado de exageración de la condición que una persona considera de sí misma. Es considerarse ante otros, víctima de situaciones que no necesariamente son reales. La victimización es una condición de salud mental, una muy baja autoestima, que hace a la persona verse como el centro de todos los ataques y agresiones que se dan en esa relación, sea familiar o bien de grupo. La victimización es una forma de llamar la atención pero de manera negativa. Generalmente, el victimista utiliza ese recurso como un medio de manipulación. En nuestras charlas de “Manejo de Emociones” a esto le llamamos manipulación emocional invisible. De ello hablaremos en un post aparte.
En la vida existen dos tipos de personas las víctimas y las triunfadoras. Las primeras son incapaces de asumir su responsabilidad por su condición o por los errores cometidos, siempre están culpando a los demás por sus desgracias o circunstancias. Culpan a sus padres por la educación y los traumas de la niñez, a sus amigos por sus vicios, a sus parejas por haberlos hecho desdichados en el amor, al presidente, al país ―y en ocasiones a Dios―, por su condición. En general este tipo de personas no tienen liderazgo sobre sus vidas, no pueden gerenciar ni siquiera sus propias vidas, por lo tanto, menos un negocio o una familia. Son rencorosas, incapaces de perdonar y siempre recuerdan las ofensas ya que de esa manera alimentan su posición de victima.
Estos nunca crecen porque no tienen disposición de aprender.
Los triunfadores por el contrario, pueden aceptar la responsabilidad por sus errores más allá de haberse visto afectados por otras personas, ellos sienten que son constructores de su propia vida. Saben que el secreto del éxito está en ellos mismos, no buscan excusas no dejan las soluciones para mañana y se centran en el logro de sus objetivos, son el comandante de su propia nave.
La Autocompasión.
Si bien el Diccionario de la Real Academia Española no cuenta con una definición del término autocompasión, podemos definirla como la compasión que se siente por uno mismo. El sentimiento de lástima hacia uno mismo puede alentarnos cuando ocurre de forma aislada, ya que crea una actitud de comprensión y amabilidad hacia nosotros mismos que puede confortar en determinadas ocasiones, todos podemos autocompadecernos en algún momento. Pero hay personas en que la autocompasión se convierte en una actitud habitual enfermiza y entonces es cuando resulta contraproducente.
Esta actitud genera efectos negativos.
1) Al autocompadecemos, nos estamos liberando de cualquier tipo de culpa, y al no hacernos responsables de lo que ocurre la situación se mantendrá igual en virtud de no esforzarnos para cambiar.
2) Al mismo tiempo al centrarnos en nosotros mismos nos estamos alejando de los demás.
3) Al tener una visión pesimista y conformista sobre las cosas, no contamos con iniciativa
4) Genera una resignación, lo que muchas veces se convierte en darse por vencido antes de tiempo.
5) Este tipo de personas tienden a huir de los problemas en lugar de enfrentarse a ellos, lo que hace que los problemas persistan e incluso se agraven con el tiempo.
6) En síntesis, la gente que se victimiza o se autocompadece constantemente tiende a amarrarse al pasado, a ver solamente las cosas malas que le han ocurrido y a preguntarse por qué le ha tenido que pasar esto a él o por qué no actuó de otra forma.
Por el contrario las personas que no tienen esta actitud se enfocan en el futuro e intentan mejorar su situación, aprendiendo un nuevo idioma, aprendiendo una nueva profesión o capacitándose para optimizar tanto su persona como sus servicios o productos.
La autocompasión procede de un sentimiento de indefensión y bloqueo ante situaciones establecidas. En realidad lo que pretenden al autocompadecerse es reclamar la comprensión y el apoyo de otras, esto ocurre especialmente con los individuos muy dependientes de los demás, en general con una muy baja autoestima, celos, envidia etc. De cualquier manera, se puede trabajar para dejar ese papel de víctimas y aspirar a encarar la vida desde un punto de vista más positivo. Todo depende de que la persona esté dispuesta a abandonar este papel de víctima que ha elegido y que le puede estar proporcionando un beneficio secundario.
En este tipo de casos, un proceso de mentoría le ayudará a conocerse, formarse y reiventarse.

Cinco pasos para lograr lo que te propones.

descarga-6¿Alguna vez te has preguntado porque ciertas personas poseen una tendencia muy poderosa a lograr todo lo que se proponen?

Sabes que es lo que te diferencia de esas personas? Conoces el secreto para hacer que las cosas pasen?

Hoy te presento 5 sencillos pasos que he aprendido de mi propia experiencia y de la práctica de mentorear a otros, para lograr todo o prácticamente todo lo que me propongo.

Puedes aplicarlo en tu vida, y verás como se te irán dando las cosas paulatinamente.

Una de las principales limitantes a la hora de lograr lo que nos proponemos es pensar que sólo algunas personas pueden hacerlo, y que no tenemos la solidez suficiente para ser como “esas personas”.

Pues bien, si contemplas los siguientes 5 pasos para lograr lo que te propones, tu vida puede cambiar, en la medida en que sepas aprovecharlos 🙂

Paso 1: Define con exactitud lo que te propones

Imagínate el mundo como una supertienda gigante en la cual se encuentra todo lo que tu deseas, tus sueños, metas, objetivos y todo lo que el día de hoy, te propones.

Es importante que sepas exactamente y con nivel de detalle qué es lo que quieres adquirir de esa tienda, para que luego puedas “comprarlo”.

Paso 2: Date cuenta de que existe un precio

Como todo en esta vida, adquirir lo que te propones tiene un precio, sin embargo, el precio no es en dinero, sino en esfuerzo.

Debes saber que si tienes la idea de lograr algo en esta vida, te costará parte de tu tiempo, esfuerzo y dedicación finalmente conseguirlo.

Ejemplo 1: Si quieres tener un nuevo dispositivo que salió en el mercado… Obviamente éste tiene un precio monetario, más sin embargo, también requiere algo de esfuerzo, (conseguir el dinero) tiempo y dedicación.

Ejemplo 2: Si quieres conseguir una pareja. En éste caso la probabilidad de que tengas que gastar dinero, es poca.

Sin embargo, deberás buscar la manera de conocer más personas, encontrar la que deseas, saber establecer un primer acercamiento, y finalmente ligar.

Esto último, requerirá de que pagues un precio, por lograr lo que te propones.

Paso 3: Imagina que ganarías si ya lo hubieses logrado

Cuando piensas en todos los beneficios y ganancias de haber conquistado tus sueños y metas, te das cuenta de que realmente vale la pena luchar por ellos, es decir que, conforme definas tu objetivo o meta, y estés dispuesto(a) a pagar el precio, debes crear una imagen mental de tí mismo(a) una vez hayas cumplido la misión de obtener lo que te propones

Paso 4: Dedícale cuantos recursos consideres necesarios

En ocasiones, pensamos que con desear algo es suficiente, pero lastimosamente en el mundo real, las cosas no funcionan de esa manera.

Si dedicas una hora diaria de tu vida a acercarte a tus sueños, lograrlos será simplemente cuestión de tiempo.

Que se note que vas por ellos, que luchas por conseguir lo que quieres.

Ejemplo 1: Si quieres bajar de peso… investiga como lograrlo, descarga cursos y audio libros, entérate de que dietas funcionan y cuales no, empieza con una rutina de ejercicio, etc…

haz lo que sea que esté a tu alcance para emprender acción con mira en tus objetivos.

Ejemplo 2: Si quieres mejorar tus calificaciones académicas: Entérate de como lo hacen los demás, dedícale una hora diaria al estudio, adelántate a las posibles tareas y talleres que te puedan asignar, pregúntale al profesor como sería el estudiante ideal, e intenta aplicar ese rol en tu vida…

En definitiva, toma acción!!

Paso 5: Persevera, persevera y persevera

La perseverancia y persistencia, te pueden ayudar infinitamente cuando vas por tus objetivos, pues te mantienen en ruta y te permiten alcanzar tu vocación de manera garantizada.

Recuerda que existen 3 tipos de persistencia.

Esos tres tipos son:

(1) Persistencia Ciega

(2) Persistencia Aleatoria

(3) Persistencia Planeada

Lo ideal es que apliques la persistencia planeada en tus emprendimientos y que sepas luchar invirtiendo hasta la última gota de sudor que te quede disponible. No te rindas en ningún momento, si empiezas algo, es porque en algún momento pensaste en terminarlo.

Hoy te recomiendo seguir estos 5 pasos para lograr lo que te propones con insistencia y para que descubras que en tí hay más potencial del que crees.  Te deseo éxitos.

Tu desarrollo personal exige desarrollo espiritual.

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El desarrollo personal, conocido también como superación personal, crecimiento personal, cambio personal o desarrollo humano, es un proceso de transformación mediante el cual una persona  adopta nuevas ideas o formas de pensamiento (creencias), que le permiten generar nuevos comportamientos y actitudes, que dan como resultado un mejoramiento de su calidad de vida. Existen varias escuelas de pensamiento respecto a las bases y principios para tal desarrollo.  Pero mis estudios me han llevado a la conclusión que existe una una relación muy estrecha entre lo que sucede en tu mundo exterior y lo que vives en tu interior. Como dice Rhonda Byrne, «la vida no te sucede, la vida te responde».

Somos la propia causa de nuestra vida, porque a través de nuestra consciencia –la única realidad– nos comunicamos con Dios o esa Mente Universal (Fuente o como quieras llamarle, pero existente) que ordena el Universo, poniéndonos delante aquello que es necesario para materializar lo que alimentamos en nuestro interior. Siempre estamos manifestando (atrayendo) aquello que somos conscientes de ser, eso sí, a un nivel inconsciente: no consigues lo que quieres, consigues lo que eres. Tu vida es lo que eres a nivel inconsciente. No existe una causa fuera de tu conciencia. La causa siempre es interior y el efecto siempre es exterior. No puedes cambiar tu vida atacando los efectos, sólo las causas.

La inteligencia es dominio mental y el dominio mental es lo que te lleva al éxito. Somos lo que somos por nuestros pensamientos dominantes. Te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo. Tu mente dirige tu vida. Tus pensamientos te impiden crecer. Eres más inteligente en la medida que controlas tus pensamientos, y menos en la medida que tus pensamientos te gobiernan a ti.

Si no controlas tu mente, no controlas tu vida… y quedas a su merced. O controlas tu mente o tu mente te controla a ti. Entender esto es la clave de todo.  Como nos afectan las creencias limitantes. El problema es que a menudo, la gente que trabaja la espiritualidad está alejada de la cotidianiedad y, a menudo, la gente cotidiana tiene poco sentido espiritual. Ahí se produce un gap que es necesario salvar, porque si no consigues entender y aplicar las leyes espirituales, que son leyes mentales, hay poca opción de que tu vida sea abundante, o al menos, todo lo abundante que tú quieres que sea en todo los planos y con la sostenibilidad deseada.

La construcción de un ser más desarrollado, más inteligente, más feliz y mas pleno, requiere no solo el uso de materiales de nuestro mundo físico, sino proveernos de material extraído del monte de la transfiguración.  Déjame aclararte este punto.  A través de los años y la lectura de buenos textos, he llegado a la comprensión que la construcción de cualquier proyecto, requiere el uso de materiales del mundo físico y material del mundo espiritual.   Jesús el Salvador del mundo, antes de abrazar la cruz subió al monte de la transfiguración donde experimentó una investidura espiritual que le capacitó para culminar con éxito su misión.

Todos los libros que he leído apuntan este mismo principio. Por mi parte, quiero aportarte mi granito de arena, dejándote algunos libros que he trabajado y que sigo trabajando. Todos los he leído y releído muchas veces. No existe otra alternativa si quieres un cambio de conciencia y de vida real y no meramente intelectual.

No son libros para leer, sino para estudiar, y luego aplicar lo aprendido hasta interiorizarlo. El éxito no está –como sucede muchas veces– en saber, sino en poner en práctica lo aprendido. Ése es el gran reto. Como se dice en una de las obras que comentaré ahora:

«Mucha gente, especialmente la que se considera culta, posee un caudal de conocimientos que no logran cambiar ni mejorar su vida. Muchos filósofos que están enterados de la sabiduría humana atesorada a través de los siglos, continúan conduciéndose de una manera absurda. La razón de ello es que sus conocimientos son simplemente erudición acumulada en la mente. Para que un conocimiento pueda cambiarnos es necesario que se incorpore a nuestra mente subconsciente».

El reto es grande y el reto es arduo. Tú decides si pagas o no el precio, y por tanto, los resultados que obtienes o no obtienes. Tú decides, tú haces, tú consigues. La transfiguración es requisito, como plataforma para tu desarrollo personal. Aquí van algunos textos que te pueden ayudar a tomar conciencia de algunas cuestiones clave:

1. La fe es tu fortuna, de Neville Goddard.

Un libro excepcional. No basta desear algo, es necesaria la Convicción, que no es otra cosa que la suma del Deseo unido a la FE. Una convicción no es convicción si puede tambalearse. La FE es certeza sin evidencia. Con FE, nada puede salir mal, y si sale mal es por falta de claridad mental o falta de FE. Existe una Mente Universal (Poder Supremo = Inteligencia Divina = Fuente = Dios) que es infinita y poderosa de la que procedemos –puro potencial–, y por tanto, nosotros tenemos las mismas cualidades. No hay límites, pero hay que creer en ello (tener FE). La FE es una colaboración con esa Mente Universal (Fuente) que ordena el Universo que pondrá delante en nuestro camino todo lo que nos haga falta para que podamos hacer realidad nuestros sueños. Y lo contrario de la FE es la duda y el miedo. Donde hay miedo y duda, no puede haber FE, que es incondicionalidad.

2. La ciencia mental, de Thomas Troward.

Un libro que no es fácil de leer, que hay que ir despacio, pero que también explica con claridad la relación entre el mundo tangible (físico) con el no tangible (metafísico). En este caso se aborda esa relación de una manera más científica y técnica. Allí se dice: «Existe una correspondencia entre nuestra propia actitud mental y las fuerzas invisibles de la naturaleza. Nuestro pensamiento de cualquier cosa forma un prototipo espiritual de ella, constituyendo así un núcleo o centro de atracción de todas las condiciones necesarias para su eventual externalización por una ley de crecimiento inherente al propio prototipo. La ciencia mental puede ayudarnos a hacer con nuestras vidas lo que queramos».

3. El sermón de la montaña, de Emmet Fox.

Otro libro que merece la pena, porque la Biblia, no en sentido religioso sino espiritual, es un manual para la vida y la felicidad. La Biblia enseña una forma de vivir. El problema es que este texto se ha dogmatizado y malinterpretado, y hay que volver a su esencia. Conviene decir que todos somos seres espirituales, pero no todos somos seres religiosos. El autor lo aclara: «La Biblia es un texto de metafísica y las enseñanzas de Jesús expresan, de un modo no dogmático (a diferencia de como hacen muchos), un cambio práctico y concreto para el desarrollo del alma. Su enseñanza es enteramente espiritual y metafísica». Por ejemplo, cuando se dice «el Reino de los cielos está dentro de ti», ese «dentro de ti» se refiere a tu inconsciente, que es el amo y señor de tu vida. Todo el libro son explicaciones prácticas de este tipo. Deja la religión a un lado y lee este texto en sentido metafísico.

4. El poder de tu mente subconsciente, de Joseph Murphy.

Uno de los libros clásicos imprescindibles de leer para toda persona que quiera mejorar su vida. Tu inconsciente gobierna tu vida, porque tu inconsciente son tus creencias (lo que crees) y ellas determinan lo que piensas, sientes y actúas. O trabajas tu inconsciente o tus posibilidades de éxito son limitadas. Por eso, hay tanta gente que trabaja tan duro y pone tanta voluntad, y sus resultados son pobres. El inconsciente es la fuerza divina; el inconsciente lo es absolutamente todo. Trabajar el inconsciente es una fuente ilimitada de riqueza en todos los planos de tu vida.

5. Dios quiere prosperarte, de Yamil Jiménez.

Un libro que usted debería leer.  Escrito por mi padre espiritual, mi mentor y amigo, el pastor Yamil Jiménez del Centro Victoria en Costa Rica.  El libro DIOS QUIERE PROSPERASTE es un manual de finanzas enfocado desde la perspectiva pastoral bíblica. Este libro tiene el potencial para transformar tu vida y la de tu familia de manera radical. Iglesias pueden ser levantadas a un nivel superior de revelación y de prosperidad si ponemos en práctica estos principios eternos.

6. Piense y hágase rico, de Napoleon Hill.

El mejor libro que he leído. Enseña que el mundo exterior, lejos de ser una prisión de circunstancias, no tiene en realidad ningún carácter propio, ni bueno ni malo. Su carácter no es ni más ni menos que el que nuestros pensamientos le dan. Es plástico a nuestro pensamiento, cuya forma toma. Tenemos el poder de elegir nuestros pensamientos a través de la «atención consciente». Allá donde va donde va tu atención, va tu vida. El autor escribe: «Millones de personas creen que están condenadas a ser pobres o fracasar porque existe alguna fuerza extraña sobre la que creen no tienen ningún control. Ellas mismas son las creadoras de sus propias desgracias por su creencia negativa que capta el subconsciente y la traduce en su equivalente físico».

7. Logoterapia: Palabras que sanan, escrito por este servidor. Mi tesis en el libro es que cada uno tiene la opción de que construye la vida o la muerte con sus propias palabras.  Creo firmemente que nuestras palabras son bloques de construcción con los cuales construimos nuestra vida y nuestro futuro. Nuestras palabras establecen la piedra angular de nuestra vida, y nuestra vida sólo puede abarcar los confines que hemos creado con nuestras propias palabras. Toda situación, toda circunstancia y toda condición esta sujeta a cambio, pero con la ayuda de nuestras palabras, podemos establecerlas en nuestra vida para siempre. La plenitud de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestro espíritu puede ser construida a través de las palabras. Lo que cada persona cree y dice no sólo afecta a su cuerpo, sino todo su sistema de inmunidad.  (pronta edición).

Podría citarte otras muchas excelentes obras pero  te dejo éstas, con mi exhortación a que salgas de tu zona de confort, salgas de la mediocridad que caracteriza al colectivo.  Tu desarrollo personal exige desarrollo espiritual.  Es la clave.

 


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