El desarrollo personal, conocido también como superación personal, crecimiento personal, cambio personal o desarrollo humano, es un proceso de transformación mediante el cual una persona adopta nuevas ideas o formas de pensamiento (creencias), que le permiten generar nuevos comportamientos y actitudes, que dan como resultado un mejoramiento de su calidad de vida. Existen varias escuelas de pensamiento respecto a las bases y principios para tal desarrollo. Pero mis estudios me han llevado a la conclusión que existe una una relación muy estrecha entre lo que sucede en tu mundo exterior y lo que vives en tu interior. Como dice Rhonda Byrne, «la vida no te sucede, la vida te responde».
Somos la propia causa de nuestra vida, porque a través de nuestra consciencia –la única realidad– nos comunicamos con Dios o esa Mente Universal (Fuente o como quieras llamarle, pero existente) que ordena el Universo, poniéndonos delante aquello que es necesario para materializar lo que alimentamos en nuestro interior. Siempre estamos manifestando (atrayendo) aquello que somos conscientes de ser, eso sí, a un nivel inconsciente: no consigues lo que quieres, consigues lo que eres. Tu vida es lo que eres a nivel inconsciente. No existe una causa fuera de tu conciencia. La causa siempre es interior y el efecto siempre es exterior. No puedes cambiar tu vida atacando los efectos, sólo las causas.
La inteligencia es dominio mental y el dominio mental es lo que te lleva al éxito. Somos lo que somos por nuestros pensamientos dominantes. Te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo. Tu mente dirige tu vida. Tus pensamientos te impiden crecer. Eres más inteligente en la medida que controlas tus pensamientos, y menos en la medida que tus pensamientos te gobiernan a ti.
Si no controlas tu mente, no controlas tu vida… y quedas a su merced. O controlas tu mente o tu mente te controla a ti. Entender esto es la clave de todo. Como nos afectan las creencias limitantes. El problema es que a menudo, la gente que trabaja la espiritualidad está alejada de la cotidianiedad y, a menudo, la gente cotidiana tiene poco sentido espiritual. Ahí se produce un gap que es necesario salvar, porque si no consigues entender y aplicar las leyes espirituales, que son leyes mentales, hay poca opción de que tu vida sea abundante, o al menos, todo lo abundante que tú quieres que sea en todo los planos y con la sostenibilidad deseada.
La construcción de un ser más desarrollado, más inteligente, más feliz y mas pleno, requiere no solo el uso de materiales de nuestro mundo físico, sino proveernos de material extraído del monte de la transfiguración. Déjame aclararte este punto. A través de los años y la lectura de buenos textos, he llegado a la comprensión que la construcción de cualquier proyecto, requiere el uso de materiales del mundo físico y material del mundo espiritual. Jesús el Salvador del mundo, antes de abrazar la cruz subió al monte de la transfiguración donde experimentó una investidura espiritual que le capacitó para culminar con éxito su misión.
Todos los libros que he leído apuntan este mismo principio. Por mi parte, quiero aportarte mi granito de arena, dejándote algunos libros que he trabajado y que sigo trabajando. Todos los he leído y releído muchas veces. No existe otra alternativa si quieres un cambio de conciencia y de vida real y no meramente intelectual.
No son libros para leer, sino para estudiar, y luego aplicar lo aprendido hasta interiorizarlo. El éxito no está –como sucede muchas veces– en saber, sino en poner en práctica lo aprendido. Ése es el gran reto. Como se dice en una de las obras que comentaré ahora:
«Mucha gente, especialmente la que se considera culta, posee un caudal de conocimientos que no logran cambiar ni mejorar su vida. Muchos filósofos que están enterados de la sabiduría humana atesorada a través de los siglos, continúan conduciéndose de una manera absurda. La razón de ello es que sus conocimientos son simplemente erudición acumulada en la mente. Para que un conocimiento pueda cambiarnos es necesario que se incorpore a nuestra mente subconsciente».
El reto es grande y el reto es arduo. Tú decides si pagas o no el precio, y por tanto, los resultados que obtienes o no obtienes. Tú decides, tú haces, tú consigues. La transfiguración es requisito, como plataforma para tu desarrollo personal. Aquí van algunos textos que te pueden ayudar a tomar conciencia de algunas cuestiones clave:
1. La fe es tu fortuna, de Neville Goddard.
Un libro excepcional. No basta desear algo, es necesaria la Convicción, que no es otra cosa que la suma del Deseo unido a la FE. Una convicción no es convicción si puede tambalearse. La FE es certeza sin evidencia. Con FE, nada puede salir mal, y si sale mal es por falta de claridad mental o falta de FE. Existe una Mente Universal (Poder Supremo = Inteligencia Divina = Fuente = Dios) que es infinita y poderosa de la que procedemos –puro potencial–, y por tanto, nosotros tenemos las mismas cualidades. No hay límites, pero hay que creer en ello (tener FE). La FE es una colaboración con esa Mente Universal (Fuente) que ordena el Universo que pondrá delante en nuestro camino todo lo que nos haga falta para que podamos hacer realidad nuestros sueños. Y lo contrario de la FE es la duda y el miedo. Donde hay miedo y duda, no puede haber FE, que es incondicionalidad.
2. La ciencia mental, de Thomas Troward.
Un libro que no es fácil de leer, que hay que ir despacio, pero que también explica con claridad la relación entre el mundo tangible (físico) con el no tangible (metafísico). En este caso se aborda esa relación de una manera más científica y técnica. Allí se dice: «Existe una correspondencia entre nuestra propia actitud mental y las fuerzas invisibles de la naturaleza. Nuestro pensamiento de cualquier cosa forma un prototipo espiritual de ella, constituyendo así un núcleo o centro de atracción de todas las condiciones necesarias para su eventual externalización por una ley de crecimiento inherente al propio prototipo. La ciencia mental puede ayudarnos a hacer con nuestras vidas lo que queramos».
3. El sermón de la montaña, de Emmet Fox.
Otro libro que merece la pena, porque la Biblia, no en sentido religioso sino espiritual, es un manual para la vida y la felicidad. La Biblia enseña una forma de vivir. El problema es que este texto se ha dogmatizado y malinterpretado, y hay que volver a su esencia. Conviene decir que todos somos seres espirituales, pero no todos somos seres religiosos. El autor lo aclara: «La Biblia es un texto de metafísica y las enseñanzas de Jesús expresan, de un modo no dogmático (a diferencia de como hacen muchos), un cambio práctico y concreto para el desarrollo del alma. Su enseñanza es enteramente espiritual y metafísica». Por ejemplo, cuando se dice «el Reino de los cielos está dentro de ti», ese «dentro de ti» se refiere a tu inconsciente, que es el amo y señor de tu vida. Todo el libro son explicaciones prácticas de este tipo. Deja la religión a un lado y lee este texto en sentido metafísico.
4. El poder de tu mente subconsciente, de Joseph Murphy.
Uno de los libros clásicos imprescindibles de leer para toda persona que quiera mejorar su vida. Tu inconsciente gobierna tu vida, porque tu inconsciente son tus creencias (lo que crees) y ellas determinan lo que piensas, sientes y actúas. O trabajas tu inconsciente o tus posibilidades de éxito son limitadas. Por eso, hay tanta gente que trabaja tan duro y pone tanta voluntad, y sus resultados son pobres. El inconsciente es la fuerza divina; el inconsciente lo es absolutamente todo. Trabajar el inconsciente es una fuente ilimitada de riqueza en todos los planos de tu vida.
5. Dios quiere prosperarte, de Yamil Jiménez.
Un libro que usted debería leer. Escrito por mi padre espiritual, mi mentor y amigo, el pastor Yamil Jiménez del Centro Victoria en Costa Rica. El libro DIOS QUIERE PROSPERASTE es un manual de finanzas enfocado desde la perspectiva pastoral bíblica. Este libro tiene el potencial para transformar tu vida y la de tu familia de manera radical. Iglesias pueden ser levantadas a un nivel superior de revelación y de prosperidad si ponemos en práctica estos principios eternos.
6. Piense y hágase rico, de Napoleon Hill.
El mejor libro que he leído. Enseña que el mundo exterior, lejos de ser una prisión de circunstancias, no tiene en realidad ningún carácter propio, ni bueno ni malo. Su carácter no es ni más ni menos que el que nuestros pensamientos le dan. Es plástico a nuestro pensamiento, cuya forma toma. Tenemos el poder de elegir nuestros pensamientos a través de la «atención consciente». Allá donde va donde va tu atención, va tu vida. El autor escribe: «Millones de personas creen que están condenadas a ser pobres o fracasar porque existe alguna fuerza extraña sobre la que creen no tienen ningún control. Ellas mismas son las creadoras de sus propias desgracias por su creencia negativa que capta el subconsciente y la traduce en su equivalente físico».
7. Logoterapia: Palabras que sanan, escrito por este servidor. Mi tesis en el libro es que cada uno tiene la opción de que construye la vida o la muerte con sus propias palabras. Creo firmemente que nuestras palabras son bloques de construcción con los cuales construimos nuestra vida y nuestro futuro. Nuestras palabras establecen la piedra angular de nuestra vida, y nuestra vida sólo puede abarcar los confines que hemos creado con nuestras propias palabras. Toda situación, toda circunstancia y toda condición esta sujeta a cambio, pero con la ayuda de nuestras palabras, podemos establecerlas en nuestra vida para siempre. La plenitud de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestro espíritu puede ser construida a través de las palabras. Lo que cada persona cree y dice no sólo afecta a su cuerpo, sino todo su sistema de inmunidad. (pronta edición).
Podría citarte otras muchas excelentes obras pero te dejo éstas, con mi exhortación a que salgas de tu zona de confort, salgas de la mediocridad que caracteriza al colectivo. Tu desarrollo personal exige desarrollo espiritual. Es la clave.
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